Audi A6 Avant 2025: Oporto, vino y el familiar que no quiere ser uno más

No todos los días te invita Audi a Oporto a probar su nuevo A6 Avant. Así que cuando recibí el correo, lo tuve claro. El plan era sencillo: curvas, buen café, algo de bacalao y un coche que quiere convencerte de que lo suyo no es ser un simple coche familiar. Y vaya si lo consigue.

Diseño que impone sin chillar

Nada más verlo aparcado, ya impone. Es largo (4,99 metros), bajito y con un morro que parece decir "no me vaciles". Audi ha apostado por un rediseño sutil pero acertado: parrilla más plana, ópticas Matrix LED más afiladas, y una trasera con firma luminosa que hipnotiza cuando frenas. Está tan bien proporcionado que parece que se va a mover aunque esté parado.

Las llantas de 19” que montaba nuestra unidad de prueba eran el complemento perfecto para el Gris Daytona que brillaba bajo el sol portugués. Y ojo al detalle: todos los elementos decorativos pueden ser en aluminio, negro o gris mate. Porque sí, el estilo también se elige.

Interior: minimalismo premium

Una vez dentro, la sensación de calidad te da en la cara. Todo está donde tiene que estar. El sistema MMI Touch Response funciona como un iPad bien afinado, y aunque al principio cuesta acostumbrarse al doble panel táctil (uno para infoentretenimiento y otro para climatización), al rato lo conduces con naturalidad. Pero lo mejor es el tacto de los botones, los materiales y ese olor a coche nuevo que debería venderse en frasco.

Te sientas bajito, pero no incómodo. Tienes espacio de sobra delante, detrás y en el maletero. 503 litros que se convierten en 1.534 si tiras los asientos traseros. Prueba tú a meter una bici entera en un SUV sin desmontar media transmisión.

¿Y cómo va?

Nuestra unidad montaba el 2.0 TDI de 204 CV, asociado a la caja S tronic de 7 marchas y a un sistema de microhibridación que le da la etiqueta ECO. El motor empuja desde abajo con 400 Nm de par, y lo hace de forma suave pero decidida. No te arranca el cuello, pero sí te deja con la sonrisa puesta.

Aceleración de 0 a 100 en 7 segundos, velocidad máxima de 241 km/h y un consumo en torno a 5,7 litros. Más que decente para un coche de casi 5 metros y tracción delantera.

Lo que más me sorprendió fue la estabilidad. En curvas rápidas, el coche se aploma como si tuviera raíles. En zonas reviradas, no te saca una carcajada como un RS, pero responde con nobleza y precisión. La dirección es directa, y la suspensión –con regulación adaptativa opcional– se adapta al terreno como un guante. Vamos, que puedes ir cómodo o con el cuchillo entre los dientes.

Y no, no me olvidé del sonido. No es un V8, pero la insonorización es tan buena que solo escuchas lo que quieres: música, el viento (si abres ventanillas) o tu copiloto flipando con el despliegue de tecnología.

Tecnología: el jefe de la clase

Audi ha tirado la casa por la ventana con las ayudas a la conducción. Desde el control de crucero adaptativo hasta el asistente de mantenimiento de carril, pasando por el reconocimiento de señales y el frenado automático. Todo configurable, todo fino.

Además, puedes equipar head-up display, cámara 360º, faros HD Matrix y hasta suspensión neumática. Pero claro, todo eso suma a la factura final. Porque este coche de base arranca en 62.000 €, pero si te vienes arriba, te plantas en 80.000 sin despeinarte.

¿Un familiar mejor que un SUV?

Aquí viene el dilema. ¿Por qué comprar un SUV si tienes este coche? El A6 Avant te da el mismo espacio, mejores consumos, mejor comportamiento dinámico y, sinceramente, una pinta mucho más elegante. Porque sí, los SUV están de moda, pero este Audi tiene clase. No hace falta ir dando saltos por el campo para ser un coche polivalente.

Además, tiene ese puntito de coche que no ves en todas partes. Ya no hay tantos familiares grandes en el mercado, y Audi sigue apostando por ellos. Y eso, para los que valoramos la conducción y el diseño sin postureos innecesarios, es de agradecer.

Ficha técnica: Audi A6 Avant 2025

Y sí, salí de Oporto con ganas de más. De curvas, de vino... y de este A6 Avant.