Probando Ford Capri: el mito con zapatillas nuevas

¿Te acuerdas del Ford Capri original? Aquel coupé con aires de muscle car a la europea, chulo como él solo, que nos hacía soñar con rutas por la Costa Azul o escapadas nocturnas en busca de jaleo. Pues agárrate, porque ha vuelto… pero no como esperabas. El nuevo Ford Capri ya no es ese gamberro de barrio con chaqueta de cuero y mirada desafiante. Ahora lleva camisa hawaiana, tiene enchufe, y te invita a tomar un smoothie de kale mientras suena The Weeknd de fondo. Sí, es eléctrico. Sí, es un SUV. Y sí, se llama Capri. Pero no te equivoques, tiene mucha más mala leche de lo que parece.
Estética fastback y pose de influencer
Lo primero que te suelta una bofetada es su diseño. El nuevo Capri tiene pinta de estar más pendiente de Instagram que de las curvas de montaña, con esa silueta fastback que parece sacada de un filtro de TikTok. Pero no se queda en el postureo. El frontal tiene presencia. Faros afilados, parrilla ciega que impone más que el portero de la Sala Bikini, y una zaga que, si te la encuentras de noche, te saca una sonrisa. Es un coche que llama la atención, pero sin gritar. Más como ese tipo que entra en el bar con chupa vaquera y no dice nada, pero sabes que lo ha visto todo.
Las llantas de 21”, el techo negro flotante y los detalles en negro brillante no están ahí por casualidad. Son como los tatuajes bien puestos: no molestan, pero te hacen mirar dos veces. Ford lo ha sacado con varios colores, pero hay uno, un amarillo chillón que parece salido de una bolsa de gominolas, que directamente te hace salivar. Spoiler: no lo llevan en stock en ningún concesionario, así que si lo ves, hazle una foto.







Interior: IKEA premium con toques sci-fi
Abres la puerta y lo primero que piensas es: “Vale, esto ya no es un Ford de los de antes”. Todo está muy bien resuelto. Pantallas por todas partes (una central flotante de 14,6” que puedes mover como si estuvieras en Minority Report), materiales agradables al tacto y espacio de sobras tanto delante como detrás. La postura de conducción es alta, pero sin sensación de ir en un monovolumen. Los asientos recogen bien, y la sensación general es de estar en un coche bien parido.
Eso sí, lo del maletero... 570 litros que están muy bien, aunque como metas el patinete del niño y las mochilas del cole, ya puedes dejar al perro con tu suegra. Por suerte, el doble fondo es generoso. Y hablando del perro, ojo que el suelo plano y la altura al suelo hacen que subirlo y bajarlo sea fácil. Mis dos peludos habrían estado como reyes ahí dentro.
El alma: dos motores, cero emisiones, y sorpresa general
Y ahora viene lo bueno. Porque claro, te dices “Vale, SUV eléctrico, probablemente va a ir bien… pero sin chispa”. ERROR. En la versión más potente, el Ford Capri lleva dos motores eléctricos que le dan tracción total y 340 CV. ¡Trescientos cuarenta! Eso es más que un Golf R, y no te cobra impuestos por sonar. El par motor es instantáneo, 545 Nm, y el 0-100 cae en 5,3 segundos. Y no te lo esperas, porque vas escuchando música tranquila y de golpe pisas... y sales catapultado. Literal.
La batería de 77 kWh da para unos 620 km en ciclo WLTP. Vale, ya sabemos que eso es con viento a favor, bajando un puerto en modo B y sin encender el aire. En condiciones reales te va a dar unos 450-500 sin sufrir. Lo bueno es que admite carga rápida de hasta 135 kW, así que en 30 minutos puedes recuperar más del 70%. Un café, una visita rápida al baño y listo para seguir dando guerra.
El chasis, aunque esté basado en la plataforma MEB del grupo Volkswagen (sí, comparte base con el ID.5), está afinado por Ford y se nota. Tiene un tacto más directo, más juguetón. No es un Fiesta ST, pero tampoco es un sofá con ruedas. En curvas rápidas se sujeta bien, la dirección responde con dignidad, y el modo "Untamed" (sí, se llama así) saca el lado más macarra del coche. Te permite disfrutar sin arrugarte cada vez que hay una rotonda.
Tecnología sin complicaciones
El coche viene hasta arriba de asistentes. Frenada de emergencia, mantenimiento de carril, control de crucero adaptativo, aparcamiento automático... todo lo que esperas, y un poco más. Lo mejor es que no te agobia. Todo está bien integrado y puedes quitar cosas si eres de los que prefieren conducir a la antigua. Además, el sistema SYNC Move funciona bastante fluido, y eso se agradece. Que ya nos hemos comido demasiados menús lentos en los últimos años.
¿Capri? ¿En serio?
Y llegamos al punto caliente. ¿Tiene sentido llamarle Capri a esto? Pues mira, si eres un purista te va a doler. Porque no tiene nada que ver con el original. Pero si miras el panorama actual, donde todos los nombres clásicos están resucitando con formas raras (Mustang, Eclipse, Countach…), al menos este lo hace con un mínimo de respeto. No han intentado copiar al viejo. Han creado algo nuevo, diferente, que simplemente homenajea un espíritu.
Y, la verdad, después de conducirlo durante tres días por ciudad, autovía y un poco de carretera con curvas, tengo que admitirlo: mola. No es el Capri de nuestros padres, pero quizá sea el Capri que nuestros hijos recordarán.
Ficha técnica Ford Capri Extended Range AWD
- Motor: Doble motor eléctrico (tracción total)
- Potencia máxima: 340 CV
- Par máximo: 545 Nm
- Aceleración 0-100 km/h: 5,3 segundos
- Velocidad máxima: 180 km/h (limitada)
- Batería: 77 kWh netos
- Autonomía WLTP: 620 km
- Carga rápida: hasta 135 kW (10-80% en aprox. 30 min)
- Consumo medio homologado: 16,5 kWh/100 km
- Largo x ancho x alto: 4.634 x 1.872 x 1.626 mm
- Maletero: 570 litros
- Llantas: 21 pulgadas
- Pantalla central: 14,6” ajustable
- Precio estimado: desde 52.000 € (el que probamos: +60.000 €)