Toyota C-HR GR Sport 2025: menos postureo, más mala leche

Toyota C-HR GR Sport 2025: menos postureo, más mala leche
Toyota C-HR GR Sport parece un concept car

Si ya te gustaba el Toyota C-HR por su pinta de ovni con ruedas, prepárate porque ahora se ha metido en el gimnasio y ha salido versión GR Sport. Y no, no es solo ponerle cuatro pegatinas y ya. Aquí hay cambios serios. Toyota se ha propuesto que su crossover no solo parezca deportivo, sino que también se sienta así al volante. Y la verdad, lo han clavado.

Un matón con elegancia

Lo ves venir por el retrovisor y piensas: "¿quién es ese con cara de pocos amigos?" Pues el GR Sport. Parrilla nueva más agresiva, paragolpes con mala leche, faldones que rozan el asfalto y llantas de 19" que parecen sacadas de un concept car. Todo eso aderezado con emblemas GR por aquí y por allá para que no haya dudas: esto no es el C-HR de tu cuñado.

Interior: bien de picante

Abres la puerta y te recibe un interior que mezcla lo tech con lo deportivo. Asientos tipo bucket que te abrazan como si no quisieran soltarte, costuras en rojo, volante gordito de cuero perforado y pantallones por todos lados. El digital para el cuadro y otro de 12,3" para el infotainment. Y sí, tiene luces ambientales para que pongas el interior modo "after" si hace falta.

Motor híbrido, pero con nervio

Aquí no hay motor gordo que ruge, pero el 2.0 híbrido de 184 CV empuja con alegría. No es para hacer tiempos en Nürburgring, pero para el día a día y algún apretón en carretera te saca la sonrisa. Consume poco (4,5 l/100 km si no vas a cuchillo) y encima va suave. Si tienes el pie con ansias, responde. Si vas de tranqui, no te funde el depósito. Win-win.

Se deja llevar, y de qué manera

La suspensión ha sido retocada, la dirección es más directa y el conjunto va más amarrado. Nada de barqueo ni movimientos raros. Lo metes en una curva con ganas y responde. Incluso el sonido del motor (aunque sea un poco artificial) te mete en el papel. No es un GR Yaris, pero tampoco pretende serlo. Es el coche para el que quiere estilo, un toque cañero y no renunciar a lo práctico.

Equipado hasta arriba

Va tan cargado que da hasta pereza leer la lista: control de crucero adaptativo, frenado de emergencia, reconocimiento de señales, sensores por todas partes, asistente de mantenimiento de carril, y hasta sistema de sonido para montarte la disco móvil. Todo viene de serie o casi. No tienes que ir tirando de extras hasta que se te dispare el precio.

El precio: no es barato, pero tampoco un atraco

La fiesta empieza en 40.250 euros con el acabado Black Edition. ¿Es pasta? Sí. ¿Vale lo que cuesta? Pues sí también. Porque al final, entre lo que lleva, lo que corre, lo que gasta (o mejor dicho, lo poco que gasta) y cómo se ve… este C-HR GR Sport es el SUV que no parece SUV. Y eso, amigos, ya es decir mucho.